Entrevista a Rolando Toro

Creador de la Biodanza SRT.

¿Qué es la Biodanza?

La Biodanza es un medio para el desarrollo de las cualidades humanas, para integrar los potenciales de vínculo, de armonía, de salud, y crear nuevas alternativas para la vida de cada uno. Utiliza el movimiento, la música y la interacción grupal, en un enfoque vivencial, con bases en las ciencias naturales (biología, fisiología, etología).

Actualmente se aplica tanto para quienes quieren mejorar su calidad de vida, como para grupos especiales (ancianos, niños, empresas, grupos de personas afectadas por dolencias específicas, y otros).

Desde sus inicios, en los años 60, hasta hoy, la Biodanza se ha extendido a casi todos los países del mundo.

¿Rolando, cómo surgió la Biodanza?

En 1965, trabajando en el Centro de Estudios de Antropología Médica (CEAM) de la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile, realicé las primeras investigaciones de los efectos de la música y de la danza con enfermos mentales, en el Hospital Psiquiátrico de Santiago.

Este Centro tenía entre sus objetivos ensayar diversas técnicas de Psicoterapia para humanizar la medicina, tales como: Psicoterapia de Grupo en la línea de Rogers, Arte-terapia (pintura, teatro), Psicodrama, Gestalt, Musicoterapia, etc.
Mi abordaje consistía en incluir la actividad corporal y estimular las emociones a través de la danza y el encuentro humano. Inicié entonces, sesiones de danza con enfermos internados, con el objeto de inducir armonía y tranquilidad en ellos.

Propuse danzas armoniosas y lentas con ojos cerrados, y también danzas euforizantes a partir de ritmos alegres que estimulaban la motricidad.

Se producían cambios a diferentes niveles: fisiológico, conductual y de adaptación al entorno.

Los resultados de estas experiencias iniciales constituyeron la base para la construcción de un Modelo Teórico Operativo, que me permitiera definir planes de acción específicos.

Cierto tipo de ejercicios, constituidos por un sistema movimiento-música-vivencia, aumenta la conciencia corporal, mientras otros ejercicios conducen a la disolución del límite corporal y al estado de regresión. Pude así construir una escala de pasos progresivos entre estos diferentes estados.

En algunos casos podían ser utilizadas músicas que reforzaran la identidad y la conciencia de realidad (ritmos euforizantes) mientras que en otros, se debían inducir estados de regresión que facilitaran la reparentalización y disminuyesen la ansiedad.

Este modelo permitía prescribir ejercicios específicos para cada patología mental, reforzando, con diversas danzas, la manifestación de la identidad saludable.

Durante la regresión, el individuo tiende a disolverse en la Totalidad 

del Universo, a perder los límites corporales, mientras en el estado de Conciencia de Identidad se experimenta a sí mismo como centro de percepción del mundo.

Estos dos estados fueron posteriormente modulados con ejercicios de contacto, comunicación y creatividad, y también con la descripción y medición de los efectos neuropsicológicos de los ejercicios en diversos cuadros clínicos.

Posteriormente observé que el estado de regresión, tal como fue inducido en las sesiones con enfermos mentales, tenía claros efectos de disminución de la ansiedad, que también podía ser apropiado para todas las personas tensas, angustiadas o con trastornos psicosomáticos del tipo hipertensión y úlcera gástrica, frecuentes en nuestra sociedad.

Pronto se hizo evidente que los efectos de los ejercicios daban también una posibilidad de evolución insospechada para toda la gente, no solo quienes padecían de síntomas graves.

¿Cómo evolucionó después la Biodanza?

Continué mis experimentaciones con grupos de amigos, y también con grupos de alumnos de la Universidad. Fui invitado a presentar mis trabajos en diversos Congresos de la especialidad en Argentina, donde encontré personas deseosas de colaborar y profundizar en estas investigaciones. También en Brasil encontré eco favorable y personas dispuestas a implementar la Biodanza a nivel institucional: sanitario, educativo y social. Durante quince años viví en forma alternada entre Brasil y Argentina, viajando intensamente para formar a quienes querían trabajar con este sistema. En 1980 ya se habían efectuado los primeros Congresos de Biodanza, que se continúan realizando en forma periódica tanto en América como en Europa.